viernes, 29 de febrero de 2008

Autoletanía

Oh! licántropo de agua tibia
centellea bosques universales
mares en vilo
incendios petrificados
y ruido diáfano en tu lengua.

Ruge flores celestes,
llueve jazmines oxidados
desde tu esqueleto, tu sangre
y tus dientes iluminados de canto.

Oh! poeta errante
filtra el hablar de mi corazón ciego
y entona epopeyas de bahías.

Oh! Espíritu ondulante
derrumba al hombre de sí mismo,
clavel enamorado de su semejanza,
moneda hueca,
galería de apariencias y presagios
cada minuto siempre
con pensar de humo.

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